martes, 17 de noviembre de 2009

Para disculparme por Vicente

Yo voté por Vicente Fox en el 2000. Hacía falta un cambio. Y sobre todo, debíamos comparar nuestra situación con lo que habíamos vivido anteriormente. A mí me dejaron vivir la felicidad de 32 años de Priismo institucional. Qué delicia. Pero de espíritu rebelde y curioso, quise saber que se siente vivir una alternancia “democrática”. No puedo decir que me arrepiento. Pero que mal presidente resultó un excelente candidato. Y nos dejamos cegar un rato con el tipo Marlboro que hasta fue director de Coca-Cola en México (espero que no me cobren los derechos de autor por los dos comerciales que aviento). Lo que no sabíamos es que en su apellido llevaba la maldición de la dislexia. Y no nada más dislexia oral. Mental que es peor. Y viene esto a cuento porque ya el cartonista Calderón de Reforma había hecho mofa de que una mutación en el gen FOXP2 afecta el habla y la gramática. El gen FOXP2 humano presenta dos cambios claves en comparación con los genes ortólogos (aquellos genes que tienen una identidad similar y comparten la misma función en diferentes especies) de chimpancés, gorilas, orangutanes, Macacos rhesus y ratones. Estas mutaciones en el DNA le dan al ser humano la capacidad de mover la boca y la laringe en una forma tan fina que permitió la evolución del lenguaje según Wolfgang Enard, miembro del equipo de investigadores de ese estudio. Sin embargo, ahora se sabe que esas dos mutaciones, que modifican dos aminoácidos claves en la formación de la estructura de la proteína FOXP2 no son meramente cambios que afectan la estructura. En comparación con los chimpancés, la versión humana logra controlar la expresión de 116 genes del cerebro. 61 de esos genes aumentan su expresión cuando está presente la versión humana y muchos de esos genes activados están relacionados con el desarrollo neuronal, la formación de colágeno, cartílago y tejido suave. Los otros 55 genes disminuyen su expresión. Este estudio publicado el 12 de Noviembre del 2009 en Nature (Human-specific transcriptional regulation of CNS development genes by FOXP2; doi:10.1038/nature08549) puede entonces explicarnos un poco de qué fue lo que falló en la alternancia del 2000. Falta ahora poder entender que mutación tenemos los mexicanos como para volver a cometer el mismo error, yo incluido.
La noticia del artículo la pueden leer en: http://www.sciencenews.org/view/generic/id/49468/title/Genetic_effects_suggest_FOXP2_role_in_language_evolution

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