sábado, 12 de octubre de 2013
Orden y Caos
A veces quiero entender lo incomprensible. Definir entropía y entalpía sin confundir los términos. Practicar la dialéctica y la mayéutica sin preguntarme lo que de ellas entiendo. O definir simplemente el sentido de tener que vivir y aceptar esa situación sin más. Pero siento que eso me está vedado, precisamente porque el interés solo llega "a veces". En otras ocasiones solo me dedico a disfrutar el momento que vivo, a preguntarme que entiendo de la vida o a estudiar precisamente la forma en que la energía de los seres vivos va cambiando de acuerdo a sus circunstancias para poder alcanzar un nuevo punto de equilibrio.
Básicamente, me pierdo en círculos virtuosos enviciados en su origen. Y eso me pasa cuando me pongo a ver "Pi, el orden del Caos" (http://www.imdb.com/title/tt0138704/) en Netflix. Una película que permite observar lo que ocurre en un individuo capaz de comprender las fuerzas que equilibran nuestra existencia pero que no sabe que hacer con ese conocimiento y decide renunciar a él. Quizás entonces eso es lo que me ocurre. Aceptar lo nuevo y entenderlo me es complicado. Lo bueno es que puedo optar por imitar la locura sicodélica de Thom Yorke bailando Lotus Flower (http://www.youtube.com/watch?v=cfOa1a8hYP8) y decidir que esos momentos que me definen son para equilibrar mi optimismo.
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